MONOGRAFÍA DE LUDO,
OBRA DEL DR. JOSÉ BOLÍVAR JIMÉNEZ ÁLVAREZ, SACERDOTE DIOCESANO.
Nuestro país, el Ecuador, grande desde muchos puntos de vista, tiene veinticuatro provincias, doscientos veinte cantones y más de mil trescientas parroquias. Una de ellas, dentro del cantón Sígsig, en la provincia del Azuay es Ludo, que tuvo la suerte de verle nacer, hace ya cerca de sesenta años, a un distinguido intelectual y acucioso sacerdote, el Dr. José Bolívar Jiménez Álvarez, quien a más de llevar una vida entregada a su ministerio sacerdotal, ha tenido tiempo para dedicarse seriamente a investigar la historia y la realidad de su terruño, hasta terminar una bien documentada obra que tiene de todo: la identificación y la descripción de los símbolos parroquiales, una indispensable ubicación geográfica y una breve historia, para llegar a la actualidad, recordando a algunos personajes nacidos en esos lares, sus entidades públicas y privadas, sus organizaciones sociales, algunas anécdotas y concluir con unas pinceladas literarias como colofón.
Ojalá todos los cantones y parroquias tuvieran el privilegio de contar con una monografía como la que ha redactado el padre Jiménez. Si así fuera, se volvería más entrañable el amor, el fervor cívico por la pequeña parcela que nos ha prestado temporalmente su barro, espiritualizado con un alma inmortal que generosamente nos ha donado Dios. Si así fuera, la Patria se engrandecería más, pues el conocimiento del lugar natal bien enraizado en la historia, nos da un mejor sentido de pertenencia y un anhelo de contribuir más para su superación y el logro de mejores días para todos, dentro de la filosofía universal del buen vivir.
Ludo afianza su existencia y se identifica mejor en la geografía patria con esta substancial contribución del padre Jiménez. Y como ha sucedido en muchos lugares del mundo, el origen de su nombre y el significado del mismo tienen aún muchos interrogantes. El padre Jiménez recuerda algunas hipótesis y me inclino, como él, a preferir la que proviene de una toponimia española que ha sufrido un cambio, la de Lugo, una ciudad española, como muchas, que dieron nombre a tantos lugares en América; sin embargo, no hay que descartar que tal vez esté en juego la palabra latina ludo, que significa jugar, quizá porque allí se practicaba algún juego ritual, tal vez el mismo pucara que estaba generalizado en toda esa área geográfica y que se prohibió a mediados del siglo XX. En la historia de las parroquias, siempre está presente un sacerdote con formación clásica y quizá uno de ellos evocó esa singular palabra que consagró a este lugar geográfico. Homo Ludens es el título de una fundamental obra de Joan Huizinga, en la que demuestra que un rasgo de identificación humana es el juego. Añada padre, una hipótesis más a las que Ud. ha presentado.
Más allá de estas lucubraciones vale destacar los rasgos notables de esta obra. Está bien concebida y organizada, tiene un orden lógico que nos permite avanzar gratamente por su espacio territorial, visto con minuciosidad, pues a cada anejo o parcialidad dedica una o varias páginas, para arribar a su pasado más remoto y confluir en su historia más cercana, desde el siglo XIX hasta el XX, con sus proyecciones y realidades en el presente. Se precisa su parroquialización civil y eclesiástica y de esta resalta el papel cumplido por sus párrocos, cuya lista está completa, deduciéndose claramente que han sobresalido en un papel relevante en los últimos años los miembros de la comunidad de misioneros del Verbo Divino, servidores de la parroquia desde 1974.
El padre Jiménez recoge la versión tradicional de que el hijo más ilustre de Ludo es el indígena Gaspar Sangurima López, el mayor artesano y artista de nuestra historia cultural, encaballado entre la Colonia y la República, pues habiendo nacido en el último cuarto del siglo XVIII vivió hasta la tercera década del siglo XIX. Carlos Aguilar Vázquez, Víctor Manuel Albornoz, Guillermo Segarra Íñiguez están dentro de esta opinión, pero nos falta localizar su partida de nacimiento y hasta tanto aún es incierto el lugar y la fecha exacta. Ojalá el padre Jiménez pudiera contribuir con este aporte, como ya lo hizo Simón Valdivieso con la localización de su partida de defunción. En los archivos de la Curia de Cuenca hemos encontrado algunos datos de este gran personaje, exaltado por Simón Bolívar en 1822. De él publicanos en un estudio titulado Gaspar Sangurima, de la leyenda a la historia y de la historia a la leyenda, donde incluimos un juicio por la sustracción de algunos de sus bienes y de los de su cónyuge y su testamento. En todo caso, la tradición ha mantenido la versión de que los Sangurima eran oriundos del cantón Sígsig, dentro del que está la parroquia Ludo.
De todos los capítulos, el que ha generado y generará evocaciones y añoranzas es el quinto, en el que hay un excelente y grato registro de las costumbres y tradiciones del lugar, algunas singulares y otras compartidas con diversos espacios geográficos de la provincia y del país. Desfilan gratamente las descripciones y los recuerdos de los lazos espirituales de los compadres, las ceremonias de bautizos, matrimonios y defunciones, las fiestas religiosas, las horas sociales, los juegos tradicionales, los quehaceres cotidianos, donde sobresalen las artesanías, con el tejido del sombrero de paja toquilla, que incluso ornamenta el escudo de la parroquia...
Un buen estilo literario, una correcta construcción gramatical, una sabiduría subyacente en todo el libro y un profundo amor a la tierra, dan a la obra singulares valores que el lector sabrá apreciar mejor con su grata lectura.
Ha sido para mí una sorpresa conocer a tan distinguida personalidad, a través de esta obra. Pero con la revisión de su micro biografía, puedo comprender que el autor es una persona con una excelente formación, como sacerdote y como profesional del derecho y de la teología, en gran parte por haberse formado en la Universidad del Azuay, donde el autor de esta presentación, tuvo la iniciativa, como Prorrector y Rector de impulsar la creación de las facultades de Teología y de Jurisprudencia, habiendo sido el primer decano de esta última.
Creo que es el momento de invitar a los lectores a conocer quienes JOSE BOLIVAR JIMENEZ ALVAREZ según la mini biografía escrita por la Dra. Felicia Brito Avila (ver biografía )
Concluyo felicitando al cantón Sígsig, a la parroquia Ludo y a su distinguido hijo, el padre Bolívar Jiménez Alvarez, por esta magnífica obra, digna de su calidad humana e intelectual.
Cuenca, 23 de febrero del 2013
Dr. Juan Cordero Íñiguez,
Director de la Academia Nacional de Historia,
Fundador del Museo de las Culturas Aborígenes y
Cronista de la ciudad de Cuenca.