Discurso del Sr. Darío Gonzalo Jiménez Alvarez, Presidente el GAD de Ludo con motivo de celebrarse los 151 años de fundación civil

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GOBIERNO AUTONOMO DESENTRALIZADO PARROQUIAL DE LUDO

 

 

Discurso del Sr. Darío Gonzalo Jiménez Alvarez, presidente el GAD de Ludo con motivo de celebrarse los 151 años de fundación civil

 

Autoridades presentes de la provincia, del cantón y la parroquia

Señoras y Señoras, Jóvenes y Niños

 

Hace un año, por primera vez, con el entusiasmo cívico de todos ustedes, la presencia de muchos ludenses residentes en otros lares de la patria ecuatoriana y el acompañamiento generoso de autoridades nacionales, provinciales y cantonales, como fue la del Dr. Juan Cordero Iñiguez, Presidente del Instituto Nacional de Historia del Ecuador, celebramos con expresiva solemnidad -que en su momento sabrá valorar la historia-, los 150 años de vida civil. Fue sin duda un día memorable, porque en él se presentaron los símbolos de nuestra parroquia: el escudo, la bandera y el himno que interpretan nuestra identidad; y también porque en ella, se realizó el lanzamiento de un importantísimo libro: "Monografía de Ludo" que recoge la geografía, la memoria histórica y algunas escenas nostálgicas de lo que hasta hoy ha vivido Ludo en el contexto de un país que está abriéndose al mundo como una flor en pleno desarrollo.

 

Hoy estamos reunidos nuevamente con similar fervor para rememorar esos instantes y para conmemorar los 151 años de fundación civil, la misma que según consta en el periódico oficial "El nacional" del 6 de mayo de 1863, tuvo lugar el día 10 de abril de ése año, durante el gobierno del insigne presidente Gabriel García Moreno y la administración provincial del noble azuayo Benigno Malo, quien tuvo la iniciativa de crearla y anexarla al Cantón Cuenca, a la que perteneció por lapso de un año, hasta el 16 de abril de 1864, cuando es agregada al cantón Gualaquiza cuya capital se establece en el Sígsig.

 

Hace bien recordar hechos y personas que protagonizaron los primeros años de vida política de nuestra patria chica. Hacer memoria de algo tan nuestro e importante significa volver a la fuente y embeberse de lo genuino de nuestras raíces; significa también abrir brecha, para que las generaciones que nos sucedan valoren nuestros actuales empeños, y animados por ellos, avancen con seguridad al sitial en que se colocan con dignidad los pueblos nobles que saben hundir sus cepas en valores tanto humanos como cívicos. Por el momento sólo haré mención a quienes fueron las primeras autoridades civiles. Los registros históricos de fácil comprobación para quienes quieran investigar, y que se encuentran en los archivos de la Tenencia Política, nos hablan de tres personajes que sucesivamente se desempeñaron como jueces parroquiales, ellos son: Don Jerónimo Cajamarca, Don Benjamín Pesántez y Don Víctor Samaniego, quiénes influyeron durante todo el último cuarto del siglo XIX y el primero del siglo XX; con ellos y con la población a quienes regían, Ludo se hizo decorosamente presente en aquel movimiento llamado de "La Restauración", para, junto con el Sígsig, hacer frente a la dictadura de Ignacio de Veintimilla y reclamar los derechos que a la capital de éste cantón se le habían otorgado, y luego arrebatado, años antes.

 

Bueno, aunque  hablar fundamentadamente de nuestra propia historia es algo que debe agradarnos, no pronunciaré más de ella por el momento; porque lo que en calidad de Presidente del Gobierno Parroquial deseo es sencillamente: ¡felicitarles!. ¡Sí!, más que agradecerles por haber respondido positivamente a mi invitación, lo que quiero es ¡felicitarles!. Felicitarles por enriquecerse de patriotismo, de fraternidad y de unción cívica que tanta vitalidad aporta a las personas de bien que son ustedes, que aman tanto a su tierra como seguramente aman a su familia y a aman Dios.

 

A quienes sí debo agradecer -con ustedes queridos coterráneos-, es, a las autoridades y amigos de la provincia, del cantón y de las parroquias hermanas que han querido unirse a nuestras efemérides. ¡Gracias amigos! por estar con nosotros, por sentir con nosotros, por alegrarse con nosotros.

 

Merece enaltecer, sin embargo, y quiero hacerlo, la invalorable presencia de ustedes señores líderes y dirigentes -hombres y mujeres- de nuestras comunidades a las que sirven con tanta dedicación, a Ustedes dignatarios de las entidades existentes e nuestra parroquia, al personal docente de todas y cada una de las unidades educativas; y,  sobre todo, la de vosotros queridos niños y jóvenes que con vuestra gallardía saben transmitir alegría y esperanza a los pueblos, que como el nuestro, anhelan días mejores para el porvenir. GRACIAS.

 

Ludo, 10 de abril del 2014